Es parte de la vida cotidiana del estado y gran parte de la sociedad civil.
Más aùn, la democracia que estamos
viviendo, es producto de un gran fraude; desde la misma constitución, que nace
del vientre de una clase política: prostituida por intereses individuales y
corporativos, utilizando como chivo expiatorio a los electores, de la gran
masa popular.
Los escenarios, y los instrumentos legales
lo arman; desde la Asamblea Nacional, la controlan y la aplican los jueces y tribunales
electorales, a través: la tecnología, sus miembros controladores; donde nunca
sabremos los intereses económicos y políticos que se juegan.
Sí, tenemos muy claro; como la última década;
desde un ministerio de la política, prepararon los instrumentos para
reiteradamente ganar las elecciones, distorsionando la voluntad de los
electores; cuando en las urnas las papeletas expresan la voluntad de los
electores, y en el conteo de los votos, las actas, dicen otros resultados;
porque son manipulado de acuerdo a los intereses de quienes en el momento tienen
el control de la política y los procesos electorales.
Para llegar a la manipulación de los
resultados, tienen una preparación de años a la gente; alteración de actas, suplantación
de las papeletas en las urnas; tal control de custodia, no pasa de ser un simple
enunciado, con la que nos pretenden hacer creer, que existió transparencia, o
los ingenuos e inocentes electores y participantes en los procesos electorales.
Inclusive, muchos se atreven a decir, tras
bastidores, que para ganar un curul de la dignidad que fuere, y esté en juego;
tienen que tener mucho más dinero, de lo que presupuestaron para la campaña
electoral.
Para muchos no pasa de ser un Show de
baratillo de ofertas de los candidatos, que ofrecen a los electores, que al
final nunca cumple, porque se convierten en agentes y representantes de los intereses
económicos que se juegan, ya dentro del escenario en función: unos hacen de
recaderos del gobierno, otros agentes o representantes de las empresas que los
financiaron, para recabar lo invertido, y mucho más; para dar las coimas, a los
funcionarios de los gobiernos de turno.
Por un puesto público, un contrato de una
obra pública, aun fiscalizador de la obra pública, al juez de los tribunales de
justicia, al carcelario en la prisión, al policía de tránsito, al guardia de
seguridad de alguna dependencia pública; para que le indique; quién es el
contacto y el que toma las decisiones en la agilización del pago de unas
planillas, todo es un fraude
Lo que estamos viviendo y pasando, es poca
cosa lo que vimos en el pasado, que bien, el conversatorio de los líderes
finalistas; quizá sea la oportunidad; para desnudar, el fraude en que siempre
hemos vivido.
Nemo Domínguez Mejía
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