En manos de jóvenes forajidos, que buscan salvar la ciudad: invadida de
ratas y rateros, que han salido de las alcantarillas
a crear el caos en la sociedad; sembrando el terror y la desesperanza.
En el pasado no muy lejano, caían presidentes de las repúblicas por bailar
en el balcón del palacio de Carondelet, y
ver los fantasmas que debes en cuando salían a caminar por los oscuros
corredores a haber los negociados de sus nuevos inquilinos, hacían a nombre de
la patria.
Igual manera aventureros caza fortunas, que llegaron no en épocas de la
independencia, las revoluciones Alfaristas, o de los obreros, que reclamaban: mejores
salarios y menos horas de trabajo, y los asesinaban las fuerzas represivas de
los gobiernos de tuno de esas épocas que muchos los hemos olvidado.
Hoy, en estos tiempos de tragedias que vivimos por la muerte de un
pariente cercano, o un amigo; sin el más mínimo escrúpulo, con los muertos han
buscado hacer negocio, abandonando a la ciudad al amparo de la delincuencia y
las mafias que roban y matan a cualquier hora del día.
¿Quién mira por los desprotegidos y abandonados que no pueden pagar sus
guardias privados?
¿A quien acudimos a reclamar por estado de indefensión que se encuentre
la ciudad, no solo esta ciudad, sino todo un país?
Vemos con pesar, muchos espacios verdes, convertidos en basureros, las
calles de los barrios y avenidas; como si hubiéramos a más de la pandemia,
vivido una guerra civil: calles con puro huecos, casas descoloridos, parques
abandonados, y la gente, muchos por nuestra voluntad y otros obligados a
encerrarnos en nuestros hogares, que por meces se han convertido en nuestras
prisiones.
Qué pena ver esta bella ciudad: colonial, feudal y moderna; como poco a
poco se le abandonado, y vemos que está siendo controlada por mafias
delincuenciales; claro el buen ejemplo de nuestros gobernantes y administradores
no es para menos: Unos prófugos perseguidos por la justicia por delincuentes,
otros presos.
Expresidente requerido por la justicia, que pague con prisión, ex
vicepresidente preso, contralor de la nación preso, el defensor del pueblo
preso, bueno quienes más deberían estar preso; cuando una prefecta con
grilletes, un alcalde con grilletes, sus compañeros del cabildo le piden dejen
su puesto, y el pueblo con escoba en manos pidiendo abandono su puesto, y vaya
a defenderse; desde su casa de todas las acusaciones que le están haciendo: la
justicia y la opinión pública.
La verdad, muchos ciudadanos, ya no aguantamos tanto abuso y atropellos
de las autoridades de la ciudad.
Creen que los elegimos de autoridades, para que vayan hacer negociado y
pronto se enriquezcan; como muchos que pasaron por esos puestos y hoy son los
nuevos ricos de la ciudad, y nadie le pide explicaciones de sus nuevos acumulados
bienes.
Ya vendrán los cobros al pueblo
de la ruta viva, y del metro, y nadie de las autoridades hacen nada por darnos
las explicaciones de sus sobre precios.
Mientras tanto la escoba voladora, seguirá volando y la basura, invadirá
nuestra bella ciudad, los forajidos gritando. ¡Fuera! Nadie los escucha
Los que están en los puestos. ¡Viva Quito Carajo!
Borrachos y perdidos, en medio de la basura de la corrupción.
Nemo Domínguez Mejía