En medio del encanto, ensueño y orgullo de sentirnos afortunados los ecuatorianos de haber nacido en estas paradisíacas tierras; consideradas, por el mundo: una tierra de paz y oportunidades.
Después de vivir por décadas en medio de dos países,
con conflictos de guerrillas y narcotráfico; mas pudo la codicia, la barbarie ciega,
e inhumana de caciques, que utilizaron
los particos políticos; para adueñarse de las principales ciudades del país,
con la complicidad de caciques de pueblos, que con servilismo, sirvieron a sus
amos, que han saqueado las riquezas de esta patria.
Siempre aparecen los testaferros, entendidos en economía, justificar lo que sus amos han robado, y quizá
están bien pagados.
No hace mucho tiempo, un candidato a la alcaldía, y más
tarde a la presidencia, venia denunciando; como ODEBRECH, hacia negocios en los
países, no solo de nuestro, sino del continente, presentando siempre, la oferta más baja, una
vez que lo adjudican, hacen reajustes, hasta del cincuenta por ciento.
Allí, tenemos la RUTA VIVA, EL METRO DE LA CIUDAD
FRANCISCANA, que se franciscana, solo queda su nombre; porque cada Alcalde y
concejal, en los últimos 40 años, ha puesto su parte; para llegar a donde, se
ha llegado. Por ahí, ya salió un experto en planificación urbanística de la
ciudad, advertir, que nos preparemos a pagar; desde el próximo años, los
sobreprecios de las monumentales obras de la ciudad: monumentales por sus sobre
precios e impunidad.
Donde están los que los elegimos; para que fiscalicen
y hagan leyes, no para favorecer al narcotráfico, y la impunidad de los
ladrones que roban al pueblo ecuatoriano, a través de los contratos públicas,
con sobre precios y de mala calidad; donde están que investiguen las adquisiciones con sobre
precios; donde perdemos por millones; donde están que investiguen los préstamos
internacionales.
Los expertos economistas, condenados y perdonados por
el mal manejo de la economía en sus tiempos, que fueron funcionarios; como ya
nos hemos olvidado de lo que hicieron. Ahora salen aconsejarnos, que paguemos
nomas, lo que muchos de estos ilustre funcionarios, se han robado.
El pueblo, nuestro pueblo, alguna vez tiene que
reaccionar, y decir; no pago, mientras los que robaron, no devuelvan y paguen
en la cárcel.
NEMO DOMINGUEZ MEJIA