Mirando desde lo alto a la ciudad, como un enjambre de rocas dispersas, no se puede escuchar sus voces estridentes, ni mirar sus rostros de sus humanidades: dispersas y que se pierden, en el cielo contaminado de la ciudad,
Allí, bajo las faldas de los
montes: Atacazo, Pichincha, cada día nacen nuevos barrios, con ilusiones y
esperanzas, de un amor que sea eterno; sin pensar, que en el mañana, puede
significar la razón de su generacional pobreza.
Ellos, sin saberlo, hacen la
Patria; mientras un grupo de vándalos, en sus barrios residenciales, comienza
como un juego de niños, se hacen del poder político de la ciudad, y terminan convirtiéndose
en mafias, que corrompen todas las estructuras del estado; donde se asientan
las instituciones públicas; para final mente, hacerse del control total del
estado.
Las disputas en las altas
esferas políticas, son igual o peor de las que vemos en las cárceles del país;
por hacerse del control y administración de los recursos que generan los
17millones de ecuatorianos y nuestro territorio.
Unos se hacen del control de
la salud; donde manejan en efectivo para la compra de suministros y
construcciones de la salud; solo se santiguan cada día, que se haga milagros, y
crezcan cada día sus cuentas, en los bancos extranjeros y nacionales.
Hablar de petróleo, es cosa
de mayores, donde como peces en el mar se mueven los miles de millones de dólares;
antes se peleaban por centavos de comisiones por barril de petróleo; en estos
tiempos; hablan: dos dólares, y más.
El mundo moderno, y el
crecimiento de la humanidad, hace que pensemos en grandes proyectos: Metros, aéreo
puertos, puertos marítimos, auto pistas, ciudadelas de ensueños: para los
nuevos ricos.
Todos con exorbitantes
precios, que los señoritos que se disputan, el poder del control de las ciudades;
como en las cárceles las grandes mafias para vender la droga, haciéndose del
control: Calles, bares, discotecas, parques, barrios.
Nunca piensan en el bienestar
y oportunidades de prosperidad de las gentes, que son millones, progresen, que
no sean ellos.
Al final los genios del
manejo de la economía y nuestros filósofos que aprueban las leyes del país, convertidos
en consejeros y salvadores; aparecen en
los medios de comunicación públicos y privados; hablar de patria, patriotismo,
sacrificios, que debemos aceptar nuevos impuestos; porque necesitan para
invertir en educación, salud, vivienda, hacer nuevas carreteras.
Pero no hablaran de recaudar
los miles de millones de dólares, que se han robada las mafias, que desde las
instituciones públicas, se han robado.
De seguro algún nuevo
gobernante, vendrá mañana, y los dará amnistía, con la complicidad de algún
juez, que siempre encuentran argucias legales; para dejarles en la impunidad y aparecerá
algún desquiciado de padre de la Patria; desde la Asamblea, preparara un
discurso estridente, que nadie entienda, y todos aplaudirán.
Al final, el pueblo se
olvidara, y lo veremos recorriendo La patria grande, hablando de acabar de la pobreza
del pueblo.
Mientras en las laderas,
valles, de nuestra bella capital y nuestro país, seguirán naciendo pobres, para
mantener a la jauría de mafiosos, que seguirán naciendo para seguir robando.
¡Hasta cuando carajo!
NEMO DOMINGUEZ MEJIA
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