Con rostro de ruralidad: soñador, emprendedor, aventurero; cuerpo famélico, espíritu, habido: equidad, seguridad, justicia y oportunidad de vivir con dignidad.
Mirando; desde un mirador de los tantos, que tiene, esta bella ciudad
que cada día crece; como un enjambre,
sin descanso: nuevas ciudadelas con grandes edificios, viviendas con
jardines; parques con lagos e islas de fantasía, y autopista iluminadas.
No contrasta, con el otro rostro
que refleja una realidad distinta; donde acuden los políticos, mirando la
iniquidad como viven, se alarman de tanta pobreza, no creen que la gente vivan
en tan deplorables situaciones: barrios sin obras básicas, que nacieron por las
necesidades e iniciativas propias de las nuevas familias, que se van formando,
ante la desidia e irresponsabilidad de las autoridades de turno, que tiene: el
deber y responsabilidad de velar por la seguridad y bienestar de los
ciudadanos; en base a una planificada de acuerdo a la demanda de su crecimiento
poblacional.
Eso no sucede de parte del
Gobierno Seccional, que los funcionarios de elección popular, están pendiente en programas y planes de
vivienda; donde puedan hacer sus grandes negociados; no cumplen con su labor
fiscalizadora de los grandes proyectos que emprenden, con sobre precios, solo
es retórica discursiva de campaña electoral; cuando, forman inmediatamente del
club de los que miran y con sus silencio, viene el acomodo económico.
Así, vemos cómo pasa el tiempo de cada nueva administración, y los
problemas de quienes los eligieron siguen aumentando: pobreza por falta de
creación de nuevas fuentes de trabajo, obras inconclusas con sobre precios y mal hechas; funcionarios
de las administraciones, convertidos en cómplices de sus jefes de turno, que se encargan de desinformar, e inclusive
los amenazan con declararlos personas no grata para las instituciones; claro
eso significa que durante su periodo no puedan recibir obras, o los legalicen
sus barrios que son los grandes pretextos.
Claro el otro pretexto es que no hay dólares para nuevas obras, luego
aparecen en los noticieros públicos y privados, los grandes negociados por los
sobreprecios en las monumentales, contrataciones públicas; donde están
involucrados: Alcaldes concejales, hasta el mandatario del gobierno nacional, contralor de la nación.
Sin embargo para resolver las demandas básicas que diariamente vive el
pueblo, no hay recursos económicos, y nos tienen peleando a la gente de los
barrios, con los dirigentes y autoridades, mientras los vividores del negocio
de la política, están disfrutando de los millones robados, con sus mansiones privadas y viajes de placer por
el mundo.
Esperando las nuevas elecciones, el pueblo se haya olvidado, y vuelven
con todo el cinismo utilizando testaferros de los empleados, que por algún
barrio hizo una obra y se ha constituido en una deuda de nunca acabar,
pidiéndoles el voto; para que su patrón lo vuelvan elegir.
La tragedia que vive la ciudad y el país, nunca se podrá acabar,
mientras los tengamos autoridades en los gobiernos; comprometidas con los actos
de corrupción y no tengamos autoridades de la justicia que los manden a las
cárceles y los obliguen a devolver lo robado y nunca más puedan ocupar un
puesto público.
Dios salve nuestras almas; porque el hambre y la pobreza, solo lo
resolveremos, no eligiendo a quienes nos han robado: a nombre de la democracia,
la estabilidad y paz social.
Nemo Domínguez Mejía
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