EL ECUADOR
Quizá, debe ser unos de los pocos países en el mundo; donde la clase política,
no forma estadistas para gobernar su estado, si no caudillos expertos en actos
delincuenciales y criminales.
Así, en diferentes etapas de nuestra historia, vemos que han surgido
caudillos ávidos de mal habidas fortunas que a cambio han entregado partes de
nuestro territorio y pérdida de nuestra dignidad, que nos han llevado al estado
actual de crisis política institucional y social.
Donde vemos quienes deberían ser nuestro ejemplo de honestidad y
decoro, nos dan vergüenza; cuando son los que cometen los más grandes robos
inimaginables, que los ladronzuelos que nos robaban en las calles, o asaltaban
bancos, o fondos públicos, quedaron por ser unos insignificantes ladronzuelos
de calle.
Ahí tenemos un expresidente, vicepresidente, ministros, gerentes de las
empresas públicas del estado; cualquier adjetivo que se les pueda dar, para
ellos no significa más que un título que los enaltece y los ennoblece frente a
las mafias y pandillas de secuaces, que los acompaña y los alagan.
Todo este ejército de bandidos mafiosos, no solamente están dispuestos
a ganar elecciones haciendo fraudes: siempre están dispuestos hasta llegar a
cometer crímenes como así lo han hecho.
Amparados en una Constitución, leyes y jueces perversamente corruptos,
que no les importan la república, peor la nación; cuando dejan libres a besados
criminales y ladrones de los fondos públicos, o vemos y escuchamos en los
medios de comunicación social; como venden los puestos de las empresas públicas
en millones de dólares; donde están involucrados parientes y amigos cercanos al
gobernante, esto se dan en todos los gobiernos, este no es una excepción.
Estos señoritos delincuentes de los dólares públicos, que de la mañana
a la noche aparecen millonarios, dueños de empresas, haciendas, edificios, con
cuentas en bancos de los paraísos fiscales.
Acaso creen que les importan la vida de los ecuatorianos, que asfixiados
por la pobreza, falta de trabajo, acosados por los chulqueros de los bancos que
sus créditos cobran altos intereses, y en corto plazo se vuelven impagables.
Se ven en la necesidad de migrar a otros países, sin importar en su
viaje pueda significar encontrarse con la muerte, por la falta de una
oportunidad de trabajo, o los miles de ciudadanos en época de estar trabajando,
andan deambulado o están parados en las esquinas buscando una oportunidad de
trabajo, que nunca encuentran.
Mientras los caudillos, y los mafiosos delincuentes, sin impórtales la
gente del pueblo, o esta país; desde sus ratoneras sus oficinas, en las
alcantarillas de la corrupción, ordenan a sus secuaces, y testaferros crear el caos y anarquías.
Porque saben así, le tienen atemorizado al pueblo, y le mantienen
callado, mientras los ladrones y delincuentes del estado; llegan acuerdos de
impunidad, con los gobiernos de turno, y la fiesta de la impunidad continua, y los
robos, crímenes, pronto quedaran en el olvido y les veremos ahora de financistas
de candidatos presidenciales, o Asambleístas, que aprueben leyes a favor del
crimen y el narcotráfico.
Nada cambiara, mientras les tengamos en los altares del estado a los
delincuentes de cuello blanco, y no en las cárceles; estos continuarán sembrando la semilla del terror, muerte, impunidad
en el país.
NEMO DOMINGUEZ MEJIA.
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