Resistir a ser amado y ser correspondido; sería un verdadero sacrilegio: al amor y la vida.
Resistir a la mentira y trafasía que nos quieren inducir, a
través de la palabra fácil y sin ningún contenido los políticos; nos están
conduciendo al infierno.
Donde no hay retorno, que no sea a través de la lucha
sangrienta; quien piensa en eso en estos
tiempos; cuando lo más fácil: es hacer las maletas, coger el camino y huir como
cobardes, con nuestros sueños y esperanzas; dejando atrás a nuestros
familiares, nuestro pueblo, hasta nuestra patria, y convertirnos en apátridas,
todo por no haber sabido pensar, ¡a quien elegir!; como nuestros gobernantes.
Cuando nos ofrecen una vida fácil y nos drogan ofreciendo un
mundo de felicidad; donde el estado: caritativo y generoso, todo nos ofrece y
nos da: pan en la mesa, hasta el ataúd, para enterar a nuestros muertos, por el
hambre y la droga.
El mundo que nos pintan los nuevas profetas de la revolución;
tecnológica, termina convirtiéndonos en unos parásitos de esta nueva sociedad: no pensamos, ni supimos
cuando perdimos nuestros derechos y libertades; convirtiéndonos en esclavos de
este nuevo sistema de dependencia y miseria.
Donde nuestra dignidad lo cambiamos por un vaso de ilusiones y
nuestra vida la entregamos por un bocado de esperanzas que nunca se cumplieron
y terminamos convirtiéndonos en sirvientes y otros mendigos de las grandes
potencias del planeta, gracias a nuestros gobernantes que nos vendieron por
unos cuantos dólares que los prestaron al chulco a unos intereses que
terminaron embargando y adueñándose nuestros tierras y soberanía.
Mientras nuestros gobernantes, con inmensurables fortunas producto:
robos, fraudes, extorción, crímenes, droga, que les garantiza para muchas de
sus generaciones una vida de magnates, en algún país del primer mundo.
Ahora, que estamos por comenzar una nueva primavera, y nos
están ofreciendo convertir en paraíso, este país, desmantelado por la rampante
corrupción de los mismos, que nos han venido gobernando, y están de candidatos,
nueva mente aparecen como los salvadores y combatientes de los descarados
robos, que ellos mismo auspiciaron: unos con su silencio e indiferencia
cómplice, y otros que son los que se beneficiaron de los atracos de los
recursos del pueblo.
Ahí están, ahí aparecen
con el mismo rostro y los mismos discursos; ofreciendo dólares, oro,
aumento de los salarios a los trabajadores, sin trabajo que ellos mismos
despidieron; allí están ofreciendo préstamos a bajos intereses y largo plazo;
los mismos que se hicieron condonar deudas millonarias del gobierno de turno.
Que nos queda al pueblo sobreviviente de esta tragedia de los desgobiernos
y pandemias, corrupción, e impunidad, muertes, hambre, flatos de trabajo,
delincuencia.
Lo más grave e imperdonable para estas generaciones: estar
conscientes de lo que están haciendo estos políticos, y a estos mismos que les elegimos: una y otra vez;
para que nos sigan robando; quizá por un dólar que nos pagan, o un puesto que
nos ofrecen dar, en caso de ser gobierno, que al final, si ganan, nos terminan
vendiendo ese puesto.
Nemo Domínguez Mejía
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