En política, no hay Santos, ni milagros; solo dos clases de políticos: unos solidarios y justos; otros unos truhanes y malvados.
Nemo
Los que nacimos la década de los 50 ,60 de
finales del milenio pasado, fuimos testigos: guerras, dictaduras, terremotos,
erupciones de volcanes, vivimos tantos desastres, que nos tendríamos que volver;
seres más humanos, y solidarios, con nosotros mismo.
Vivimos gobiernos democráticos, y dictatoriales;
igual o más robaron, que los actuales; cual es la diferencia, que en el pasado,
no había: el internet y las redes sociales; solo radios, unos cuantos
periódicos y por ahí alguna televisión de blanco y negro.
El pueblo nunca se enteró de los atracos;
para muchos de los que se alarman y hacen escandalo; quienes fueron los que
robaron; quizá sus abuelos, parientes, o amigos.
Aquellos tiempo los políticos eran:
Conservadores (derecha, terratenientes y quizá por allí algún banquero),
liberales (uno que otro comerciante), comunistas (algún obrero campesino e
intelectual perdido), socialistas (estudiantes, maestros y uno que otro
intelectual desocupado).
La época de la dictadura de los años 70,
los dictadores que nos gobernaron no fueron ningunos santos; muchos de ellos,
si de verdad hubiera infierno o el purgatorio; deberían estar pagando por ladrones.
Hablamos de cuarenta años de democracia, de
que democracia hablamos; cuando igual, en cada uno de los gobiernos con los
recursos del estado; igual se feriaron: los años. 60, 70,80, migraron; 90, miles y se convirtieron en millones de
ecuatorianos que nos vimos en la necesidad de migrar; para ayudar a nuestras
familias, se completó, con el feriado bancario; cuando congelaron nuestro
dinero, y de la noche a la mañana nos convertimos en pobres y endeudados; igual
murieron: suicidados, con apoplejía, de infartos; los jóvenes, fueron a Europa
y Norteamérica.
Abandonaron a los padres, e hijos, esposas;
hijos dejaron a cargo de los vecinos o los viejos abuelos, las niñas se
convirtieron tempranamente en madres solteras, los hijos abandonados, se
convirtieron en drogadictos.
Ya vivimos lo que los hermanos de los países,
latinoamericanos están viviendo, no por
los malos gobiernos; si no por las mafias de izquierda o derecha que se hacen
del control del Estado.
Cada gobierno que llega, sus funcionarios, se
roba lo que más puede, o se adueñan de las empresas del estado; a través de concesiones
de terceros, o ellos mismos se adueñan de los recursos naturales, y las mismas
empresas; cuando los declaran insolventes o quebradas.
Que tenemos para escoger, muy poco, un
amigo me preguntaba; ¡cual crees, que es el menos malo! ¡No se por quién dar mi voto!
Aparece la cabeza de la vecina; grita
enfurecida. ¡Todos son los mismos!
Estamos por comenzar, una nueva historia;
para contar a los que sobrevivan esta tragedia: corrupción e impunidad, no hay
ser humano que los detenga, que nos esta matando cada día, más que la misma
pandemia, que está viviendo la humanidad.
Nemo
Domínguez Mejía
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