Estos son los actores sociales, que surgen en los sectores marginales de la ciudad, y el campo.
Son seres humanos superiores
espiritualmente, muchos de ellos, de escasos recursos económicos, que luchan;
por alcanzar: la solidaridad, la justicia, y un equitativo de desarrollo, en
los sectores sociales que representan.
Allí, la presencia de las elites políticas,
gubernamentales, intelectuales, económicas, educativas, son accidentales; como
diría un buen hombre de fe.
“Por obra y gracia del espíritu santo”.
Mienten, comen, se marchan y se olvidan lo que se comprometieron, y si algo
hicieron, en la comunidad; le cuesta: trámites, trabajo, coimas, y dinero, en
muchos de los casos gastan, más del costo de la obra que realizan.
Y lo más lamentable, los corruptos
funcionarios, en muchos de los casos, e inclusive van con sus jefes, lo inauguran,
se toman fotos y comen; luego lo hacen pasar como que ellos, hicieron la obra.
La corrupción, a muchos de los
funcionarios, es el sello, que les catapulta al éxito político, por todo el
dinero robado al pueblo, a través de las obras de mala calidad, sobre precios,
que tienen que pagar tres veces: vía impuestos de mejoras, nuevos impuestos
para el pago de créditos internacionales, y el dinero de su trabajo con la que
construyeron.
Este círculo vicioso, hacen que los
sectores sociales marginales, no puedan salir de la pobreza; a esto debemos
añadir, la pésima infraestructura escolar,
pésima mala atención de salud, generalmente los centros de salud, no
tienen los insumos necesarios, y especialistas que puedan recibir la atención
médica necesaria para salvar las vidas humanas.
Mientras los candidatos, sigan siendo
financiados por dineros sucios de la corrupción, y los organismos de control,
electoral; sean nombrados los testaferros de las mafias políticas, económicas;
viviremos viendo como la voluntad del pueblo en las urnas, se burlen.
Qué podemos esperar de esos gobiernos:
corrupción, corrupción, y vivir tragedias; como la que estamos viviendo.
Pérdida de trabajos, enfermedades, hambre,
pobreza, muerte.
El pueblo se cansará, no abra fuerza
represiva que lo contenga, y luche por su vida y dignidad.
Nemo Domínguez Mejía
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