En qué momento, el respeto perdimos a la vida de los seres humanos: el irrespeto a la propiedad privada y pública.
Hoy en día, nuestras vidas
no están seguras, ni en nuestros propios hogares; cuando acudimos a la fuerza
pública, ella, llegan muchas veces; cuando es demasiado tarde, o nunca llegan,
para poder auxiliar a los indefensos ciudadanos, frente al ataque de la
delincuencia.
No podemos negar, que más
son los buenos ciudadanos de uniforme que
están dispuestos a dar la vida por el cumplimiento de su deber; pero
también tenemos de los malos ciudadanos, de los corruptos, que han hecho del uniforme,
que el estado, les entregan; para hacer cumplir la ley, pretenden utilizar para
hacer dinero fácil.
Mientras los gritos de
agonía, sin consuelo, retumba en los cielos y las conciencias mirando como
asesinan, o roban quienes deberían dar el ejemplos de ciudadanos honestos y
respetuosos de la ley; pero lamentablemente los hacedores de la justicia, los
que deberían hacer cumplir, con sus sentencias que permiten que muchos de los
delincuentes de cuello blanco, les permiten que se fuguen, otros paguen penas
que nada tienen que ver con la gravedad de los hechos, y muchos de los casos
por no tener ni para pagar un abogado que lo defienda, tiene que mantenerse en
la cárcel, permitiendo que su familia viva en el completo desamparo.
Hoy en día, no nos asombra,
ni nos causa novedad, que de pronto lleguen a nuestros barrios un borracho sobre
un volante, pase atropellando, destruya la propiedad privad, o mata, esto no es
ninguna novedad, y los afectados ciudadanos, acudamos a las autoridades
pertinentes y mejor somos maltratados, inclusive amenazados; teniendo que
darnos media vuelto: cargar al muerto enterrar y a la viuda y los hijos, darles
el sentido pésame y decirlos que cuanto lamentamos la desgracia, hasta ahí
llega todo.
Mientras tanto los asesinos
del volante, los delincuentes, siguen sembrando terror, en los barrios y las
calles de la ciudad y el país. Quienes son los responsables de todo, este caos
que estamos viviendo, y enlutando a
familias enteras. Allí están los responsables; desde el mismo estado, que ha
permitido crezca, hasta que hoy, se ha vuelto incontrolable; mientras la
corrupción y la impunidad, celebra su
triunfo, ante el fracaso de una justicia
lenta, e incompetente; quienes para muchos creemos, son los principal responsable
de todo cuanto estamos viviendo, por no ser oportuna y eficiente, ante la
delincuencia.
Los ciudadanos comunes.
¿Preguntarles a la justicia,
a los de la fuerza pública, a los asambleístas?
La gente del pueblo no
estamos en condiciones de contratar: guardaespaldas, policía privada, comprar
carros blindados, y no tenemos de parte
a la justicia.
¡Cómo nos protegemos de la
delincuencia!
Si acudimos a la ley, ella
no actúa, en mucho de los casos; porque no tenemos las pruebas suficientes, el
delincuente, seda media vuelta, y nos amenaza, que pronto nos visitara en
nuestros hogares.
Ni siquiera se ha terminado,
el luto, ya están enterrando a otro muerto, el luto nunca termina de nuestro
pueblo.
Señor Presidente,
devuélvanos: el país de paz y oportunidades, que la estamos perdiendo.
Nemo Domínguez Mejía.
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