Un día, señorial, orgullosa de ser la capital de un imperio, en tiempos no muy lejanos, sus gobernantes y ciudadanos gente de honor y valentía, que en la lucha contra la esclavitud y pobreza, se cubrieron de gloria, sus nombres; como sus almas, se inmortalizaron en el templo de la libertad.
Como siempre; la bella, glorificada e
inmortalizada capital, perseguida: plagas, traidores, asesinos, rapaces
sanguijuelas, que deshonran y causan vergüenza, que sin el mayor sonrojo en su
cara, son capaces de traicionar a propia familia; sin embargo a pesar de todas las tragedias que le puedan
hacer a su pueblo y su territorio, perdurara más allá del tiempo.
En estos nuevos tiempos modernos de tecnología
y redes de comunicación; ellos, nuestros sabios gobernantes, buenos para
llevarse todo cuanto pueden, sin el menor descaro y vergüenza, no han sido capaces de buscar la
unidad y solidaridad para salir adelantes, frente a las crisis, que crean estos
ciudadanos del demonio.
Al contrario: dividen los territorios,
enfrentan a la gente; se convierten en especialistas en crear crisis de
enfermedades y pobreza; mientras ellos, a nombre del hambre y la pobreza; se
convierten en nuevos millonarios.
Es la historia de nuestros pueblos, es nuestra
historia que estamos viviendo, para
contar y escribir esta nueva historia, que de seguro las nuevas generaciones, tendrán
vergüenza de la clase política, que nos gobierna, que sin la menor vergüenza y
cinismo, roban nuestra riquezas (petróleo, minerales preciosos, nuestras
contribuciones), todo a nombre de la democracia.
Que tiempos, que estamos viviendo; gobernados
por gobernantes: corruptos, incapaces e inmorales; que sin sentimientos, moral,
ni vergüenza; son capaces de hacer de las tragedias, la justificación para
robar a la gente, a su pueblo.
Estos gobernantes, que se hacen llamar: los iluminados,
buenos para nada, que no sea robar, matar la gente de hambre y enfermedades;
nos están condenándonos a la pobreza, a
las presentes y nuevas generaciones; siempre quieren más, no se hastían,
siempre quieren más.
Y somos nosotros, los que formamos este gran
pueblo, los únicos responsables de todas las tragedias, de todo cuanto nos está
sucediendo.
Hoy, estamos viviendo en una ciudad; como si estuviéramos
gobernada por invasores piratas, y lo han declarado en estado de sitio: lideres,
sin ideas; ciudadanía aterrorizada; calles, cerradas por alambrados de púas de
acero; como si hubiera sido bombardeada; gente aterrorizada, viviendo en sus
propias hogares; convertidos en prisiones, esperando en cualquier momento;
lleguen, los asalten, los roban y en muchos casos, si se defienden, los van
matando.
Donde están los líderes: unos haciendo negocio
con nuestras vidas, otros viendo sacarnos plata, vías nuevos impuestos por las
mega obras con sobre precios, que se llevaron otras administradores.
¡Quién está por hablar y defender al pueblo!
La nueva democracia, debemos reconstruir, con
gente que no ha gobernado en contubernio, con quienes nos han vivido robando.
Nemo Domínguez Mejía.
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