Las lluvias, nos hablan de un futuro esperanzador, que nos espera en el mañana.
En el natural lenguaje, que todos
entendemos; desde los animales más salvajes, perdidos en su habitad natural, hasta
los mismos seres humanos, que perdieron la sensibilidad de la vida, que en el esplendor
de sus egoísmos, perdieron el sentido y valor de la vidas, y se erigiendo;
desde el fondo de su egoísmos; como dioses, siendo unos simples mortales.
Unos alcanzan arrepentirse, de sus
malhadadas acciones, que causaron perjuicios, a la gente humilde, por el alto
grado de espiritualidad y generosidad, en gratitud por todo que les dio la
vida, en la naturaleza; otros perdidos en sus perjuicios y egocentrismo,
malgastaron sus tiempos, en vivir para acumular bienes materiales, creyendo que
con eso vivirían eternamente, sin comprender que eso les aria perder un tiempo
más de vida.
Allí están, lo que decían ser perdedores,
con sus conciencias tranquilas, disfrutando de las maravillas que nos regala la
vida de la naturaleza; un paisaje inmensurablemente bello: montañas que se
elevan al cielo, donde las nubes viajeras reposan y encuban las gotas de
lluvias, que gota a gota, se van juntando en los caminos de su destino, hasta
formar riachuelos, y caudalosos ríos; donde navegan las ilusiones del
progresismo y modernidad, que el ser humano va alcanzando en el tiempo; para
unos ser felices, y vivir en comunión con la naturaleza, otros para depredar,
destruyendo; el habitad natural de los seres vivos que habitamos en esta mágico
planta.
La lluvia, no se detiene para dar vida a la
primavera, en su paso, nos hace ver a los seres humanos, que tras las
tragedias, adelante nos espera la claridad de la luz, buscando hacernos ver y
comprendamos; quien verdaderamente, es dueño de nuestro destino, por más que
nos afanemos a pretender destruirla.
Al final siempre se impondrá, la obra
creadora del supremo creador, que con su infinita generosidad; así como nos da
la vida, y todo nos pone a disposición para nuestra subsistencia, él nos quita,
para premiarnos con el descanso eterno.
La esperanza, siempre existe que
construyamos una sociedad de libertad; solidad y fraternidad, entre los seres
humanos y la naturaleza, mientras no perdamos la visión del futuro, que lo que
hoy, construyamos, sea siempre buscando el bienestar del ser humano, y la
preservación de la naturaleza; para las futuras generaciones.
Partimos hoy, los soldados de la
democracia, con la fe de construir mejores días, que los que estamos viviendo,
esperando sean días mejores de los que nos dieron, los que se fueron de la
vida.
Y se han convertido en los seres de luz, y
no de las sombras, como aquellos, seres que causaron: dolor y tragedias, que
pronto se los olvida.
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